"Sometimes I don´t want to be better" Skillet
Una habitación oscura,
sin ventanas. La única luz que hay es la que proyecta una antigua lámpara
colgada del techo justo en el medio del cuarto. ¿Muebles? Sí, unos cuantos pero
nada especial. Típico en un despacho; un escritorio con un ordenador y varios
papeles desperdigados aquí y allí, una silla que lo acompaña, un par de sofás,
una mesilla, una pequeña tele, un cartel de una diana en la pared que no sé muy
bien de dónde ha salido y algunas estanterías.
De no ser porque es mi
despacho diría que es propiedad de un asesino en serie.
Y es que ahí es donde
estoy cuando necesito pensar o descargarme un poco. Mucha gente no me
entenderá, pero ponerme mi sombrero a lo Hércules Poirot mientras sostengo un
cuchillo con una mano me relaja.
Me concentro en la
diana. Sigo enfadada con el mundo, más concretamente con algunas personas de
este mundo. Y lanzo el cuchillo con precisión absoluta.
Ha dado justo en el
centro de la diana. Cosa rara pues yo tengo una puntería de todo menos precisa.
No le doy importancia y
sonrío. Me siento como Moriarty habiendo acabado con Sherlock Holmes. ¿Por qué
un villano y no un héroe? Será cosa del sombrero este, que me aturde.
En todo caso de repente
me siento poderosa. Y es eso lo que me ha llevado a comprarme un bote lleno de
sangre falsa que estoy derramando sobre el cuchillo todavía clavado en el
centro de la diana. Impresionará a las visitas ¿eh? Lástima que aquí no venga
nadie más que yo…
No importa, para lo que
haré a continuación no quiero testigos.
Me siento en el
escritorio, saco de mi bolsillo un manojo de llaves. Es enorme. Creo que si en
Azkabán tienen un manojo de llaves debe contener tantas como este. Y solo a mí
se me ocurre tener una llave que abra cada una de las Mil Puertas que hay en la
sala del mismo nombre.
Menos mal que yo sé
exactamente cuál busco. La encuentro sin apenas mirar y con ella abro el
segundo cajón de la derecha de mi escritorio. En él hay un cuaderno vacío pero
que muy pronto se llenará.
Es de cuero negro.
Pensé que tener un libro “de luto” era buena idea para esto.
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